“Ahora usted nos recibirán. No preguntamos por sus pobres, o sus hambrientos. No queremos sus cansados y
enfermos. Son los corruptos que reclamamos. Ese es el mal que será buscado por nosotros. Con cada aliento, los
perseguiremos. Cada día derramaremos su sangre, hasta que llueva de los cielos. No mataras. No violaras. No robaras.
Estos son los principios que cada hombre de cada fe puede abrazar. Estas no son sugerencias de cortesía, estos son los
códigos de comportamiento, y aquellos de usted que no hagan caso de ellos, pagarán el precio más caro. Hay varios
grados de maldad. Les sugerimos las formas menos graves, sin empujar los límites y cruzarlos, en la corrupción
verdadera, en nuestro dominio. Ya que si lo hacen, un día mirarán detrás de ustedes y nos verán a nosotros tres, y en
aquel día lo arrepentirán. Y nosotros le enviaremos a cualquier dios que usted desee.”
“Todos debemos temer a los hombres malos, pero hay otra clase de mal, que debemos temer mucho más, y es, la
indiferencia de los hombres buenos.”
“Cuando conceda mi espada brillante, y mi mano se sostenga en juicio, tomaré venganza sobre mis enemigos, y sobre
aquellos que me obstaculizan. Oh Dios, levánteme hacia tu mano derecha y cuéntame entre tus santos”.
“Y quienquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada, ya que bajo la imagen de
Dios creo al hombre. Destruye todo lo que es malo. De modo que lo que sea bueno pueda prosperar.”
“Y Pastores nosotros seremos, por ti señor por ti. El poder a descendido de vuestra mano, y que nuestros pies
rápidamente pueden realizar vuestro mandato. Entonces fluiremos un río delante de ti, y lleno de almas siempre
estará. In Nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti."

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