Me encaramo en la inconsciencia, en lo ciego y en lo sordo.
Y no me importan los sentimientos profundos, me hundo en los sentimientos superficiales, esos que queman, sangran y te hacen desfallecer en un tornado de sensaciones.
cuando te liberas a las emociones más primitivas, mas ridículamente inconscientes y a la vez las creadas magistralmente, donde se funde un perfecto sonido armónico que a la vez es nada pero también todo.
Que no significa amor, ni dolor, ni siquiera pasión, es tan solo lo que es pero todos se desvainan la mente tratando de encontrar un nombre para lo primitivo, para algo intrínseco en los animales que somos.
Es como el oler un flor, te puede gustar el aroma y tal vez no. En este caso, puedes sentir todo, la gloria, el amor, la felicidad. O puedes sentir el dolor, la tristeza, el engaño, la traición. O simplemente puedes sentir absolutamente nada.
Por que hasta en la misma nada esta el ser que somos, que nos guía, que es tan instintivo que hasta sin premeditar hechos ni pensar con coherencia se te nubla la visión y te invades de egoísmo.
Por que como parte de la vida, las sensaciones y los sentimientos que se sienten, le pertenecen a cada uno, se congelan en tu inconsciente y se transforman en un recuerdo propio, tuyo, de nadie mas. Uno que nunca te quitaran.