jueves, 24 de abril de 2008



Uno, dos, tres. A levantarse. A comenzar el día, ducharse rápido, vestirse rápido, comer rápido, caminar rápido, tomar la micro...rayos! se está demorando mucho... llegaré tarde.
Procupación.
Corro, me agito.
Me pongo nerviosa, me estreso.
Llego a casa tarde, molesta, cansada.
Grito.
Todo me molesta.

Así transcurre la vida de la gente corriente, común. Y es así como al final estar en casa es un ahogo.
Es así que la mayoría de los jóvenes buscamos huir, alejarnos de nuestros hogares.
Y cuando no estamos en ellos los valoramos y volvemos.
Que patética nuestra vida.

Es gracioso caminar y mirar a la gente. Sí, mirar a la gente.
Sentarte quizás un momento y ponerle atención a esa gente, que muchas veces te mira raro, te mira en menos, te mira con admiración.
Es darte cuenta que compartimos con muchas personas día trás día, pasamos junto a gente que sufre, que ama, que quere olvidar, que está soñando despierta, que muere en vida.
Sin embargo nadie se mira, nadie mira a los ojos a nadie, chocamos, nos topamos, pero que importa. No conocemos a esa gente. No hay caras, no hay rostros.
Es la indiferencia la que esta acabando con la que se supone debería ser la más grande de las especies animales, el ser humano.

miércoles, 23 de abril de 2008


Todo depende de los puntos de vistas.
Cuando yo miro un arcoiris no me interesa saber como son creados cientificamente, ni si al otro lado hay una olla de oro con un duende. Solo veo la majestuosidad de la naturaleza frente a mis ojos.
Cuando veo las gotas de agua caer, no veo que llego el otoño o el invierno, no me importa que se inunden las calles... solo veo como el planeta llora, llora ante tanto dolor y sufrimiento. Mientras siento que el frio carcome los huesos, no pienso en mi cama que me espera con el calientacamas encendido; si no en esa gente que esta en las calles muerta de frío, hambre, ebria para olvidar, ebria para adormecer.
Sin embargo siento, que nos estamos destruyendo, que me estoy destruyendo infectada de lo contagioso que es ser un ser humano, del frio de la avaricia, del querer ser más que otro, de querer poder.
Y sintiendome así me pudro.
Me coloco los audifonos y apreto play con ganas, con firmeza... subo el volume hasta que no se puede más... y me pierdo entre sonidos de guitarras, baterias, teclados, bajos, contrabajos y tantos instrumentos. Que no me hacen sentir más animal, si no que me hacen vibrar las neuronas y me siento más orgullosa de ser un animal en esta tierra. Tierra podrida, pero tierra.

Empezando


Creo que tenía otro blog; se me olvido el nombre, la clave y me tuve que hacer otro.
Es increible que esto, en un principio claro está, fuera usado por tan pocos, y solo lo usabamos para mostrar nuestros puntos de opinión, o difundir algunas ideas y tal vez musica.
Sin embargo la masividad que se adueña de todo lo que hay en internet lo ha transformado ahora no solo al blog, si no que al fotolog, al myspace, al flickr que ya no son medios de comunicación y menos de expresión, si no que en medios de hacerce famoso.
Si, hacerce famos@, porque la nueva moda del momentos (pokemones, visual y scenes; o como se escriban) se basan en la popularidad, o sea el con más posteos, el con más fotos, el con más visitas.
Creo que hasta cierto punto caí en lo mismo, pero creo que solo fue una consecuencia del uso común de estos masivos egolatraciones jajaja que se han creado.
Y volví al blog, porque lo extrañé, y me da arta pena no acordarme del otro porque escribí cosas que a mi me gustaron, que sentí de verdad y ahora se perdieron por el mundo de el codigo binario de la gran internet. Y volví, porque me cuesta mucho, mucho, mucho dejar de decir lo que siento.