Todo depende de los puntos de vistas.
Cuando yo miro un arcoiris no me interesa saber como son creados cientificamente, ni si al otro lado hay una olla de oro con un duende. Solo veo la majestuosidad de la naturaleza frente a mis ojos.
Cuando veo las gotas de agua caer, no veo que llego el otoño o el invierno, no me importa que se inunden las calles... solo veo como el planeta llora, llora ante tanto dolor y sufrimiento. Mientras siento que el frio carcome los huesos, no pienso en mi cama que me espera con el calientacamas encendido; si no en esa gente que esta en las calles muerta de frío, hambre, ebria para olvidar, ebria para adormecer.
Sin embargo siento, que nos estamos destruyendo, que me estoy destruyendo infectada de lo contagioso que es ser un ser humano, del frio de la avaricia, del querer ser más que otro, de querer poder.
Y sintiendome así me pudro.
Me coloco los audifonos y apreto play con ganas, con firmeza... subo el volume hasta que no se puede más... y me pierdo entre sonidos de guitarras, baterias, teclados, bajos, contrabajos y tantos instrumentos. Que no me hacen sentir más animal, si no que me hacen vibrar las neuronas y me siento más orgullosa de ser un animal en esta tierra. Tierra podrida, pero tierra.
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